La receta electrónica en stand by
By La Farmacia del Futuro - julio 10, 2010
En aquellas regiones en las que las oficinas de farmacia ya trabajan con la receta electrónica, los titulares de estos establecimientos han invertido grandes cantidades de dinero en los equipamientos tecnológicos necesarios para su funcionamiento.
Unas inversiones que han llegado a superar los 3.000 euros y que, en la mayoría de los casos, se han efectuado sin contar con subvención o ayuda alguna por parte de las administraciones autonómicas.
Hasta la fecha, la profesión farmacéutica ha aceptado la asunción íntegra de los costes de implantación de las dispensaciones electrónicas debido a su total apoyo a este sistema por sus beneficios, tanto para el paciente como para el propio sistema sanitario en su conjunto.
Sin embargo, la complicada situación económica en la que les ha dejado los nuevos recortes contra el sector ha provocado que en regiones que daban entrada a este sistema ahora se considere "inasumible para el profesional" hacer frente a las altas inversiones que exige, y hayan paralizado su proceso de entrada en las boticas.
Así, los colegios de farmacéuticos de Alicante y Murcia anunciaron la semana pasada su intención de paralizar sus proyectos de receta electrónica, que daban sus primeros pasos en estas provincias. En el caso alicantino, su presidente, Jaime Carbonell, indicó que "los importantes recortes en la facturación de nuestras farmacias impiden acometer ahora proyectos así".
Según se preveía antes de la aparición de los nuevos RDL 4/2010 y 8/2010, la práctica totalidad de las farmacias alicantinas trabajaría tras el verano con receta electrónica, una vez que, a principios de este año, comenzase su implantación en las boticas de los municipios de la comarca de Alcoy.
Sin embargo, en los últimos meses no se ha incorporado ninguna otra farmacia al sistema, ni parece ser que vayan a sumarse a él en un futuro inmediato, según los planes del colegio alicantino.
Desde esta institución se indica que "hay 200 farmacias en la provincia que, tras las nuevas medidas, sólo tienen la única preocupación de sobrevivir, por lo que a día de hoy no hay lugar a pensar en nada más que no sea su supervivencia", indican desde el colegio, al tiempo que señalan que los costes de implantación y mantenimiento de este sistema de dispensaciones electrónicas ronda los 100 euros mensuales por botica.
A la hora de dar oxígeno a este proyecto, desde el colegio alicantino también se apunta a la Administración como parte protagonista de su futuro rescate. Así, Carbonell recordó que "la Generalitat Valenciana nos va a ayudar para la implantación del sistema con 540.000 euros, de los cuales sólo hemos recibido por el momento 90.000 euros". Una ayuda que se destinaría al cambio de los equipos informáticos de las farmacias que no fuesen operativos con el programa de receta electrónica.
Otro de los proyectos que quedarán ahora en stand by será la receta electrónica murciana. También por la falta de dinero como telón de fondo. En este sentido, en un manifiesto hecho público la semana pasada por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Murcia, apoyado por otras instituciones farmacéuticas regionales como la distribuidora Hefame y la Asociación de Farmacéuticos Empresarios de Cartagena, su presidente, Prudencio Rosique, hizo saber la imposibilidad de llevarlo a cabo.
"Las farmacias de esta región trabajan en cuantos proyectos se nos ofertan y hasta trabajamos en los últimos meses en un modelo regional de receta electrónica más eficaz y eficiente que cualquiera de los puestos en marcha en otras autonomías", indicaba el texto.
Cabe recordar que, por causas ajenas a las farmacias, la implantación de la receta electrónica en Murcia ya acumulaba un retraso de aproximadamente año y medio respecto a los planes previstos por la Consejería de Sanidad cuando se dio a conocer el proyecto en 2008.
Ahora, este nuevo retraso imposibilita poner fecha definitiva para su total presencia en esta comunidad autónoma.
Los casos de Alicante y Murcia tienen el denominador común de ser proyectos que ya estaban en marcha y que ahora, tras los nuevos recortes al sector, sufrirán una paralización sin fecha de caducidad.
Sin embargo, más negativo se avecina el futuro en aquellas comunidades que aún no habían abrazado este nuevo sistema tecnológico.
Ejemplo de ello es Madrid, con una prueba piloto en tres farmacias de San Martín de la Vega como único atisbo de e-receta en la actualidad. Su consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, confirmó a EG que la receta electrónica en Madrid deberá esperar. "Significa para los farmacéuticos unos gastos de inversión que en estos momentos no podemos exigirles", indicó.
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